Con ChatGPT, todos sentimos que nos estamos quedando fuera de una ola de dimensiones apocalípticas. Nuestro primer impulso es correr como locos, pero nunca ha sido tan importante reflexionar y preguntarnos porqué estamos aquí y adonde queremos llegar.
Todos oímos hablar continuamente estos días de ChatGPT con cierta ansiedad. Conozco a personas muy inteligentes convencidas de que acabaremos perdiendo nuestros trabajos, y no soy quién para decir que no vaya a ser así.
Pero lo que sí puedo decir es que estoy viendo proliferar a pasos de gigante un error con graves consecuencias para nuestras carreras: el cortoplacismo. Abre LinkedIn o Twitter: ¿cuantas personas dedican cientos de horas a escribir sobre GPT4?
Correr en círculos
Creo que, efectivamente, está ocurriendo algo que va a cambiarlo todo. Un movimiento de tierras parecido al que vivimos hace 20 años, cuando internet llegó a nuestras vidas.
Pero si el miedo a quedarnos fuera guía nuestras decisiones, solo vamos a correr como locos, sin avanzar un paso. He visto a muchas startups caer en el pasado y la mayoría por este motivo: correr en círculos (problema 1) persiguiendo el objeto más brillante (problema 2).
Al contrario de lo que parece creo que es el momento de hacer una pausa, y respirar. Si nos dejamos llevar, vamos a olvidar quienes somos, porqué estamos aquí, adonde queremos llegar: qué versión de nosotros, o de nuestra empresa queremos crear. Y ahí es donde la verdadera estrategia debería empezar. El plan puede ser imperfecto, corregiremos sobre la marcha, pero tenemos que saber adonde vamos, para que el oasis más caudaloso no se convierta en la arena del espejismo entre nuestros dedos.
Siempre va a haber disrupciones. Y me atrevo a decir que en los próximos años, cada vez más. Todos vamos a tener la sensación de que llegamos tarde, de que hay una mina que explotar y que el vecino se lucra, y tú no. Es el efecto de la falsa proximidad de internet, que viraliza el éxito y disimula la vulgaridad, la normalidad aburrida, a ti que me lees y a mí que te escribo.
Si nos sumamos a la ola sin reflexionar, sin conectar con nuestra estrategia, llevados por la ansiedad de la era de la IA, puedo asegurar que te alejarás de tu objetivo, y ni siquiera te darás cuenta. Quizás verás algo de impacto a corto plazo, pero tendrás una propuesta débil para competir con quienes sí tienen una estrategia. Luchar contra esto es muy difícil. Y te puedo asegurar que te entiendo, porque yo mismo he cometido este error unas cuantas docenas de veces.
Dolor de espalda
Hace unos meses decidí hacer una pausa profesional. Necesitaba cortocircuitar un bucle de estrés crónico en forma de dolor lumbar también crónico. Me había prometido dedicar una temporada a recuperarme: leer, hacer deporte, pasar tiempo con mi hija. Pero asistí en directo al lanzamiento de ChatGPT y como a todos, un escalofrío me recorrió el espinazo cuando lo probé. ChatGPT estaba cambiando algo importante, que no era ortogonal a mi trabajo.
Recuerdo decirle a mi pareja: “si no hacemos algo estamos fuera de juego”. Y me puse manos a la obra. Empecé a probar posibilidades de integración con Landbot, a explorar caminos, y dedique mucho tiempo y energía, de nuevo, a esto.
Pero un día, después de dos meses agotadores, me di cuenta de mi error. Entendí que la única manera de sobrevivir en un entorno altamente competitivo es la visión y la estrategia, el propósito y el plan. Persiguiendo una solución desesperada me estaba convirtiendo en aquellas personas que durante la pandemia vaciaron los supermercados de papel higiénico.
Persiguiendo una solución sin plan me estaba convirtiendo en aquellas personas que durante la pandemia vaciaron los supermercados de papel higiénico
La falacia de la supervivencia es que obsesionarte por sobrevivir puede llegar a ponerte en peligro. En este nuevo horizonte que OpenAI está abriendo, es mucho más necesario replantear quién es nuestro cliente, qué problemas tiene, cómo conectan esos problemas con nuestro propósito, y a partir de ahí, sí, explorar lo que podemos hacer. Las empresas con una dirección persistente desarrollarán ventajas competitivas fuertes, aprovechando la disrupción más coherente con su meta.
En cambio quienes se esfuercen en perseguir sin propósito la fascinante estela de las criptos, las IAs, o el metaverso, guiados por el miedo o el oportunismo, como me ocurrió a mí, no van a llegar muy lejos. El “dolor de espalda” del agotamiento (metafórico o no) les frenará en seco.
Desgraciadamente no puedo pedirle a chatGPT que me devuelva el tiempo invertido esos dos meses y lo convierta en tardes con mi hija, pero sí me ha recordado algunas cosas que ayer les conté a mis alumnos de visión y estrategia en The Hero Camp. Durante cuatro horas de curso me encantó compartir este y otros aprendizajes, y ahora puedo decir que esa experiencia de aprendizaje colectivo ha hecho más por mi dolor de espalda que todos los medicamentos de estos meses.
Bonus: tres consejos impopulares
- Pierde el tiempo y ve despacio. No necesitas hacerlo todo. No necesitas hacer más cosas. Necesitas hacerlo, o aprenderlo, “mejor”. No cambies un buen libro o artículo por un resumen generado por IA. Lee despacio, toma notas, haz preguntas.
- Escribe por ti mismo. Delega en la IA las tareas de poco impacto, pero no dejes de escribir aunque el resultado sea imperfecto. Escribir te ayuda a conectar ideas de una manera más profunda y es una habilidad directamente relacionada con tu capacidad para comunicar efectivamente, también de palabra.
- Aprende aquellas cosas que no cambiarán fácilmente: invertir en aprender pensamiento crítico, estrategia, comunicación (o incluso filosofía, matemáticas, psicología) serán apuestas de alto retorno que nunca se quedarán obsoletas.
Y si algún día se quedan obsoletas es que, probablemente, nosotros también.